Entrevista a Mariano Bueno,
experto en geobiología
Tengo 50 años. Soy experto
en geobiología, cultivo ecológico y biohabitabilidad.
¿Política? El bienestar de la gente.
¿Dios? Somos parte de la luz
universal: cada día me siento más espiritual.
¿Qué hace un experto en
geobiología?
Estudio la influencia de las
radiaciones terrestres sobre los tejidos vivos, sobre la salud humana.
¿A qué radiaciones
terrestres se refiere?
A las procedentes de vetas
subterráneas de agua, fallas geológicas, grietas, subsuelos graníticos, campos
geomagnéticos… Y las artificiales: tuberías, tendidos eléctricos…
¿Todo eso influye en mi organismo?
¡Por supuesto! Y más
intensamente en niños y personas hipersensibles.
¿De qué clase de influencia se trata?
De ionizaciones,
alteraciones del bioelectromagnetismo natural de nuestras células.
¿Bioelectromagnetismo?
Las células intercambian
cargas eléctricas. El flujo de electrones hace que tu cuerpo tenga magnetismo.
Igual que el planeta Tierra, que es un gran electroimán. Con sus dos polos, norte y
sur.
El magnetismo terrestre nos
influye, sobre todo en las horas del sueño.
Atentos: dormir con el cuerpo
alineado con el magnetismo terrestre favorece el descanso. Cabeza orientada
hacia el norte, pies hacia el sur: es la orientación más relajante,
¡descansarás mejor!
¿Y si duermo en otras
orientaciones?
Dormir con la cabeza hacia
el este favorece un despertar revitalizado.
¿Y con la cabeza hacia el
sur?
Despertarás tenso, nervioso.
¿Y hacia el oeste?
Debilita, desvitaliza,
deprime. Lo saludable: situar la cabecera entre el norte y el este.
¿Tiene argumentos
científicos?
Las células son como
pequeñas brújulas y se repolarizan y reparan: facilitar el proceso refuerza tu
salud. ¡Tu dormitorio es la verdadera cámara de tu salud! No la perturbes.
¿Y qué es lo más
perturbador?
Luces (la oscuridad activa
la melatonina, hormona activadora de la reparación celular) temperatura alta, ruidos…
y campos electromagnéticos (naturales o artificiales): inhiben la producción de
melatonina.
¿Qué campos son naturales?
Las corrientes de agua
subterránea: las moléculas del agua en movimiento, en fricción con el subsuelo,
generan un campo electromagnético. Dormir sobre ese punto geopatógeno perturba
tu regeneración celular.
¿Hasta qué extremo?
Hasta enfermar. ¡Cualquier
radiación electromagnética intensa inhibe la glándula pineal y deja de segregar
melatonina! Y eso ocho horas por noche, noche tras noche, impide a las células
repararse debidamente: padecerás dolores de cabeza, dolencias articulares,
disfunciones orgánicas, depresión del sistema inmunitario… A largo plazo, eso
puede derivar en patologías neurodegenerativas, leucemias, tumores…
¡Dígame qué puntos son
geopatógenos!
Esos en que se superpone una falla terrestre,
una veta de agua y una línea Hartmann (corrientes electromagnéticas que
recorren toda la superficie terrestre, en retícula).
¿Cómo detectar esos puntos?
Los zahoríes lo hacían con
varas de avellano o péndulos. Hoy tenemos detectores electrónicos que captan
los flujos de radiación. Y hay poderosas perturbaciones que son muy obvias, las
artificiales: ¡evítalas!
¿Cuáles?
Torres de alta tensión,
transformadores, cables eléctricos, electrodomésticos conectados a la red
eléctrica, radiaciones de alta frecuencia, de telefonía móvil, inalámbricas…
¡Evita eso en tus noches o enfermarás!
Tengo un despertador
eléctrico.
Cámbialo por uno de pilas, o
aléjalo de tu cuerpo. Los cables eléctricos, lo más lejos posible de tu cabeza.
Tengo una tele a los pies de
la cama...
Si es de pantalla plana,
irradia poco. En cambio, un televisor de tubo catódico emite radiación ¡hasta
cuatro metros! Sobre todo hacia atrás, y atravesando muros. Una vez detecté que
el malestar de una persona provenía del trasero del televisor de su vecino…
¿Y qué hago con mi teléfono móvil?
¡Fuera del dormitorio, por
supuesto! Sus microondas agitan tus células. Hoy sabemos que hablar con el
móvil pegado al cráneo durante más de diez años… ¡duplica las posibilidades de
desarrollar un tumor cerebral!
Pues yo llevo así algo más
de diez años. Y, por trabajo, ¡necesito seguir usándolo!
Bien: aleja el móvil de tu
cabeza. A más distancia, menos la irradiarás. Es fácil: ¡usa unos auriculares
manos libres ambulantes!
En cuanto salga de aquí.
¿Qué otras perturbaciones me aconseja evitar?
Nuestros hogares son nidos
de contaminación electromagnética y química. Deja que entre luz solar y aire,
usa mobiliario de madera, usa pinturas ecológicas y destierra ambientadores,
suavizantes, lejías y detergentes sintéticos. Si lavas la ropa con bicarbonato
¡te quedará lo bastante bien! Y vigila tus productos de limpieza: que sean de
química dulce, no tóxica.
Lo que no haré es vivir a la luz de velas.
No, pero libera tu zona de
descanso de contaminación electromagnética. Y al llegar a casa, camina
descalzo: durante el día caminamos sobre suela aislante y trabajamos en
edificios aislados enfermos, así que nos conviene descargarnos.
Deme un último consejo
revitalizante.
En un frasco haz germinar
semillas de alfalfa y consume ese germinado: es muy digestivo y concentra
nutrientes que regeneran tus tejidos y protegen tu salud.
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Mariano Bueno es el pionero
de la geobiología en España, autor desde hace 25 años de clásicos como Vivir en
casa sana, El gran libro de la casa sana o El huerto familiar ecológico (www.
casasana. info) y fundador de la Asociación de Estudios Geobiológicos GEA (www.
gea-es. org).
Divulga el concepto de
higiene energética: “Pegarte un móvil al cráneo o dormir junto a una radiación
electromagnética es tan antihigiénico como comer con las manos sucias”. Mueve
uno de sus detectores y me señala por dónde pasa un tendido eléctrico, y con
otro mide la elevada radiación de gas radón emitida por el granito de la barra
del bar… Yo salgo a comprarme un manos libres ambulante para mi móvil.